La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

martes, 4 de diciembre de 2012

Cosas de hijos

No sé en qué momento tuvo lugar, cuándo inauguramos la manía nuestra de dejarnos mimar. Madre e hija siempre se quieren, y si la hija es la pequeña es costumbre que la mimen más de lo normal. No recuerdo cuando empezamos a hacer aquellas fiestas los viernes, en los que el chocolate, el cine, o cualquier estupidez nos servía para inventarnos una razón para reunirnos los nueve en el cuarto de estar. Esas fiestas nuestras me encantaban, porque aunque a mis hermanas mayores a veces les fastidiábamos sus planes, a mi me parecía genial poder cenar a la vez que el resto de los hermanos y luego poder ver todos lo mismo en la tele; además, esa noche podía dormir con cualquiera de los 8 de la casa que mis padres nunca me dirían que "las niñas mayores" deben dormir en su cama. Es curioso, pero creo que hasta los 14 años todavía me colaba a veces entre mis padres; solo a veces...
-"Mamá no me duermo" - susurraba en su oído mientras los ronquidos de mi padre y mi respiración entrecortada formaban la sinfonía de la noche - "mami, no consigo dormirme y lo he intentado". Para mi intentar dormir consistía en aguantar despierta hasta que todos se acostasen para escabullirme por el pasillo sola, en la oscuridad, guiándome por la experiencia de cada noche sin tropezarme ni una vez. Llegaba jadeando al cuarto de "papá y mamá" con la intención de meterme en su cama, con el pretexto de "no me duermo y lo he intentado de verdad".
Al final se despertaban los dos, yo me quedaba dormía abrazada a mi madre a la que le pedía que me contase algo para dormirme; casi nunca llegamos al final de esas historias. Otras veces no me dormía porque tenía miedo; "TENGO MIEDO" eso repetía una y otra vez en los oídos de mis padres hasta que uno de los dos se despertaba y casi inconscientemente me hacía un hueco entre las mantas; allí se dormía, se duerme, siempre mejor. No conozco ningún monstruo, ladrón o asesino que se haya atrevido a acercarse a su cama.
Muchas otras noches, esos días entre semana en los que no había ni fiesta del chocolate ni nada de nada, mi hermana Candela me leía cuentos y yo así me quedaba dormida. Otras noches se quedaba conmigo mi hermana María y me contaba cosas que yo le pedía -"cuéntame cosas de cuando era pequeña" - como si en esa época yo fuese mayor... ni si quiera creo que lo sea ahora. Ella siempre me contaba lo mismo, todas esas noches en las que cuando yo era un bebé mis hermanas me cogían de la cuna y me llevaban a su cuarto. Y mamá preguntaba - ¿dónde está el bebé?- y María me tapaba con las mantas para que no me viesen. Al final siempre me encontraban, rosa de asfixia y sudando. Pobre yo, siempre he sido deseada por tantos...

(((maca)))

4 comentarios:

  1. Me ha encantado Maca!!! Hagamos una fiesta de aquellas en cuanto estemos todos en casa!!! Te quiero peque!

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    1. ¡¡¡Qué prrreciosos recuerdos!!!¡¡¡Los he revivido contigo y,realmente,parece que el tiempo se detiene!!!
      ¡¡¡Qué Suerrrrrte tenerte!!!
      Muuuuak Tu mami.

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  2. El viejo Bou te da la enhorabuena! te quiero.

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