La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Mi sueño

Estaba en esa esquina de la calle, donde me cubría de la lluvia bajo ese soportal sin mi paragüas, donde no esperaba verte y te ví. Escuché a tu voz preguntando mi nombre y de mi garganta salió un suspiro que provocó a tu sonrisa. No podía decirte que esperaba verte en una ciudad tan grande como esta aunque en realidad llevaba soñando varias semanas con poder tenerte enfrente y observarte en directo. No sabiamos de que hablar, no sé si notaste temblar mis labios, pero hablamos y nos reímos y cuando quisimos darnos cuenta estabamos empapados.
- ¿Tienes frío?- me preguntaste, como si sentirlo fuera posible a tu lado.
- No, no soy friolera.
- Estás temblando.
Y tu mano me arrimó al calor de la primera cafetería que iluminaba la calle, y el calor del té y tus palabras me hicieron sentirme importante. Hablamos de todo un poco, de la tierra que nos vió nacer y de nuestros acentos, de tus padres y de los míos, de lo corto que se nos hizo la vida en la escuela y de lo corta que es a veces la vida. Te enseñé mis cicatrices sin reparo y me calmó tu aliento, me resguardé en tus manos y tus ojos tranquilizaron todo el nervio.
Sonreías casi siempre y me escuchabas cuando te contaba lo primero que se me ocurría, porque me costó pensar bien contigo delante, porque sigo sin poder creer que en mi ciudad odiara la lluvia y ahora me evoca tu sonrisa.

Me despertó la lluvia, hoy te he visto en sueños.


(((maca)))

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