La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

viernes, 22 de julio de 2011

22 de Julio pasado por lluvia

Quiero hacerte un regalo. “Quiero entregar tu sonrisa a la luna y que de noche quien la mire pueda pensar en ti, porque tu amor para mi es importante. Y no me importa lo que diga la gente porque aún en silencio sé que me protegías y sé que aún cansada tu sonrisa no se marcharía”. Suena esa canción y aquí, desde la cama de mamá en Gandía, me acuerdo de otros veranos; especialmente del verano del 2009, cuando acabé el colegio y veía la universidad, Periodismo y Madrid, como una vida nueva. Escuché esta canción todo el verano, en La Coruña, en Portonovo y hasta a la llegada a la capital. Era extraño escuchar la misma melodía en situaciones tan diferentes. Mi verano del 2009, creo que no exagero, fue el mejor verano de mi vida; incluso tal vez la mejor época de mi vida o de las mejores, porque si tengo que hablar de mis mejores años… sin duda fueron los 15, 16… 17.

¿Qué por qué hablo de esto? Para empezar, pues porque aquí quien escribe soy yo así que tomo la palabra y además, veo que se acercan mis 20 años y la verdad es que ya me he preguntado más de una vez que será de mí a esta edad. Siempre digo y doy vueltas a lo mismo: qué será de nosotros, de ti, de mí, de cualquiera dentro de un tiempo… no me lo planteo como queriendo saber el futuro, ni porque quiera que corra el reloj ni mucho menos. Esta pregunta me la formulo porque siempre que pasa algo grande o que destaque aunque sea pequeño me pregunto, - ¿esto lo habría imaginado?- La respuesta suele ser –No-, pero en caso de ser afirmativa la respuesta,la siguiente, ya no es como esperaba, -Si pensaba que esto pasaría, ¿sería así? – No- . Hace unos años llegué a Gandía, otro Julio más, y supo que llegaría, me imaginaba los días en la playa y las salidas nocturnas, me lo imaginaba y sabía que llegarían esos días pero una vez pasados me dí cuenta de que jamás imaginé que conocería a mi amiga Cris, ni que tendría un amor de verano que luego se olvidaría. Pasó el tiempo y no pensé que cada año volvería a ver a mi amiga y que cada año nuestra relación sería mejor; es así, puedes imaginar o creer que ocurrirá algo pero ese algo es difícil que ocurra porque el universo es infinito y las probabilidades inagotables. Esto no es algo negativo, no pretendo desanimar a nadie diciendo esto, si tengo que inspirar alguna sensación… por favor, que sea la de esperanza: he dicho que las probabilidades son incontables, así que siempre nos quedarán posibilidades.

Porque eso que se dice de que la vida es complicada es cierto, y yo afirmo también que la vida es preciosa. Es complicada, preciosa y llena de sorpresas; las sorpresas no son siempre agradables aunque esa palabra encierre en mí la cara de mi sobrino envolviendo un regalo en una servilleta. Existen las sorpresas desagradables, las que hacen daño, mucho, las incómodas e injustificables. Existen sorpresas de colores, de oxígeno y de vida.

Cada año, día y segundo que pasa están llenos de sorpresas que van conformando nuestra existencia, somos lo que somos por lo que vivimos, por lo que nos aportan esas sorpresas. No me creo superior a nadie pero si creo que he vivido más que otra gente que, como yo, vaya a cumplir 20 años en unos días. Creo que he tenido más sorpresas que otros a mi edad y además he sabido aprovecharlas. No es cuestión de cuantas sorpresas te haya dado la vida, buenas o malas, sino de cuales han supuesto en ti una experiencia. Hay a quien la pérdida de alguien le supone desazón, inquietud, miedo, dudas… y no avanza; hay a quien la pérdida de alguien le causa desazón, inquietud, miedo, dudas… y avanza. Porque el reloj no para, porque si protestas o no el va a seguir girando y el tic tac no tiene compasión de nadie. ¿Si te sorprende la vida? Dejate que te empape, absorbe todo y verás lo que te enseña. Porque de pocas cosas estoy completamente segura pero una de ellas es que de todo se aprende, todo sirve para algo y lo que más nos enseña son las malas experiencias, las malas sorpresas, que al final no resultan ser tan horribles. Todo depende de cómo se mire.

Somos libres, la mayoría de decisiones las tomamos nosotros o el destino, para mi ya guiado, pero otra parte de nuestras acciones ya las decidieron por nosotros nuestros padres, familiares, amigos, desconocidos… Muchas de las cosas que he aprendido, y no me refiero a nada que tenga que ver con asignaturas del colegio o de la universidad, las he aprendido sin haberme puesto yo la opción de aprenderlas en el camino.

Dicen “de los errores se aprende”, en este caso añado también las malas sensaciones o el daño; “del daño se aprende”. Que todo, lo bueno y lo malo, sirve para todo en la vida.
Hace tiempo comprendí que todo tiene sentido y que si algo no se entiende se acabará entendiendo. A pesar de esto, algunas sorpresas siguen doliendo y otras, aunque las sepamos efímeras, nos saben muy dulces. Porque la vida siempre será vida y escribiendo o no se pasan las horas.

(((maca)))

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