La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

lunes, 11 de abril de 2011

Los cristales de la suprema alegría


A veces tenemos la inexplicable necesidad de querer romper el mundo, un jarrón o un cristal al menos. A veces, cuando la ira saciada de rabia se nos cuela en la bragueta queremos romper con todo: lo que fue, lo que nos hace ser como somos y todo lo que nos rodea.
No sabemos concretar qué nos ha llevado a toda esa mierda, no sabemos qué paso ni quién nos debe nada; pero llega,y tal como llega se va.
La vida da vueltas, es, como por ejemplo. nuestra querida hermana la crisis: hoy estamos mal pero estaremos peor, ¡tranquilos un día alguien le dará la vuelta a la cuesta! ¿Nosotros? Aquí estamos, en un punto intermedio, inocuo, imprevisible pero ruidoso, tedioso pero increíblemente innmejorable; perfecto.
Lloramos, reímos, sudamos y vivímos. La vida da vueltas, la economía sube y baja y yo solo quiero romper cristales, cojer las afiladas puntas y rasgar en mi piel los nombres de quienes nunca habrán de olvidarme, le gente y lugares que nunca dejaré a un lado. Con la sangre formo un río que refresca a los sedientos de ideas, con los cristales sobrantes los desahogo con el calor que la ira desprende y formo uno nuevo, más puro más claro: trabajado y lleno de vida.
Que la vida siga el camino que le tengan escrito, yo voy a seguir el mío que no se bien a dónde lleva.



(((maca)))

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