La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

jueves, 17 de marzo de 2011

Soy pequeña


Hoy he mandado otra carta, distinto destinatario pero mismo remite.
He comprado más sellos porque sino los echaría en falta, sí, me hacen falta. Soy antigua si me gusta escribir a puño y letra y si creo que algún día serás tú quién me escriba. Soy antigua porque ya estoy más cerca de los veinte que de la decena, porque puedo tener ideas "carcas" o porque mido más que mi sobrino. Soy antigua porque hoy he comprado sellos de violines y guitarras.
Adoro lo antiguo: el sistema de correos, las parejas de ancianos, los muebles de época y los juguetes viejos. Adora las relaciones largas, las calles de piedra y la ciudad vieja. Si soy antigua es un halago, si fuese antigua me sobrarían experiecias y como de eso a nadie le sobra... sí, soy una joven de diecinueve años que todavía manda cartas.
Ahora la luz del día ya se apaga, todavía queda algún claro al final del cielo pero la noche se acerca, por favor: muy lento. Me ha gustado salir a la calle y notar el aire y la suave temperatura, me ha gustado despertarme con la delicada luz del día colandose entre las leves y entreabiertas ranuras de la persiana. Me ha gustado andar con mis botas nuevas y que al cruzar la calle el viento moviese mi pelo. Me ha gustado notar que hoy jueves 17 de marzo, se va apagando la luz del cielo y yo mientras escribo, pienso... y Damien Rice suena de fondo con "9 Crimes".
Hoy, no se porqué, me ha venido a la cabeza sin pensarlo lo primero que escribí en este blog, no recuerdo como lo titulé pero hablaba de "echar de menos", hacerlo sí, pero con una sonrisa. Supongo que recordé ese texto porque hoy eché de menos ciertas cosas de la vida que dejan de pasar con el paso del tiempo. Cojí el albúm de fotos que me hizo hace años la abuela e hice un pequeño repaso a cada fotografía, qué momentos.
Reeleo lo que escribí hace casi un año, recuerdo porqué lo hice y a la perfección lo qué sentía. Sigo leyendo y leo lo segundo que publiqué "La distancia es cuestión de gestos", buen título: interesante y cierto. Lo tercero... cuarto... y quinto creo que es de las cosas más sentidas que he escrito, las tres hacia mi padre que es, en realidad, el personaje con el que más estrujo el corazón y el cuerpo cuando escribo; "Cáncer", "Cáncer 2" y "Vida perdida". La curiosidad propia por mis escritos hace que siga leyendo y esque hoy echo de menos cada momento que hacía que se me pusiesen de punta los pelos y desvirgara un papel hambriento de tinta y de rabia. Sigo leyendo y leo ya sobre mi abuelo, ahora se me para algo dentro y sonrío si pienso en el; lo sexto que publiqué fue "Yo y la bolsa". ¿Cómo no acordarme de todo esto?
La de cosas que he vivido, la de cosas que hemos vivido un papel y yo juntos ... si no me hubiese desahogado escribiendo, si no hubiese dejado parte de mi alma con la tinta de aquellos bolígrafos... yo no sería quien soy ahora, eso es algo seguro. "The blower´s daughter" suena y mi corazón late más fuerte. Tengo ganas de abrir la ventana, gritar alto, no sé el qué, pero dejarme la garganta en ello.
No abro la ventana porque también puedo gritar en silencio, empezaré con un "gracias" y luego... no sé, regalaré un par de claveles rojos y blancos creo.




(((maca)))

No hay comentarios:

Publicar un comentario