La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

sábado, 19 de febrero de 2011

Próximo destino


"Próxima parada : Sol". El tren acababa de salir de Atocha y ya anunciaba el próximo destino, despues de Sol toca Nuevo Ministerios y ahí es dónde me toca bajarme a mí. En esa estación, si te lo propones, puedes pasarte diez minutos andando por el subsuelo: solo hay que fijarse en las indicaciones y, si tienes suerte y práctica, sales en uno o dos minutos. Ya en las últimas escaleras mecánicas empecé a oír, a lo lejos, al violinista. Sí, todo aquel que viva o haya pasado algún día en Madrid debería saber de quién hablo. El violinista de Nuevos Ministerios es todo un clásico, es un genio y eso que yo de violín no sé ni lo más mínimo pero mi oído aprecía que es lo bastante bueno como para competir con el mismísimo Chopin: increíble.
Escucho lo que toca y aunque la escalera me lleva hacia la salida yo me doy media vuelta y la bajo rápido, cojo un euro de la cartera y lo dejo en la funda de su violín. No levanta la mirada, no me hace falta que lo haga: no le doy el euro por nada más sino porque creo que todo lo que sea arte, cualquier tipo de arte que me seduzca, precisa de un reconocimiento. No soy músico, pero si tengo un euro... es así como se lo reconozco.

Llueve en la calle, el ambiente es propicio para un dolor de cabeza de los míos pero aun así voy andando a casa, me parecería absurdo cojerme un autobús por mucho que lloviese. Lluvia fina, casi imperceptible porque se confunde con el aire pero... moja igual que siempre. En la esquina del centro comercial hay un hombre con un micrófono enchufado a un altavoz grande y viejo, está cantando malamente,esa canción tan típica de... ¿Nino Bravo? Creo que no me equivoco... "un beso y una flor". Hoy no sé que me ha dado pero aunque este de artista no tenga nada en comparación con el hombre del violín... creo que también se merece un reconociemineto, un apoyo al menos por estar sonriendo mientras desafina cuando ve que todo el mundo pasa de largo. Ala, 50 céntimos, no tengo nada más suelto y creo que no está mal lo regalado.
Una gitana se me acerca con un ramillete verde, y me dice: "niña hoy es tu día de suerte", le sonrío y no cojo el ramillete, sigo andando. Seguro que al verme pasar de largo piensa para sus adentros que por ese gesto mi suerte va adesvanecerse... creo en la suerte, en el destino y estoy segura de que todo está ya escrito. Sí, en alguna parte alguien sabía que una gitana me pronosticaría mi buena suerte en el día de hoy, ¿y qué pasa si no he cogido ese ramillete? Sinceramente, creo y se que no va a pasar nada.
Hoy, sábado por la mañana,vuelvo a casa con una sonrisa y sin dinero suelto.


(((maca)))

No hay comentarios:

Publicar un comentario