La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

lunes, 3 de enero de 2011

Que frío


Quiero hacer un escrito que sea una especie de listado de cosas del abuelo: recuerdos, momentos importante so características suyas. Quiero hacerlo pero no es fácil así que me tomo mi tiempo, lo publicaré aquí cuando lo haya terminado.

Estoy otra vez en Madrid, ahora me da la sensación de no haber vuelto a Coruña. Todo ha sido raro, la despedida del abuelo también lo fue:aunque se trataba de algo evidente, esperado ya desde hace tiempo... las despedidas nunca son agradables. Han sido días de intentar entender lo que ese adiós significa pero no lo entiendo, no voy a entenderlo hasta que acabe mis vacaciones y vuelva a mi vida en Madrid. No voya entender que ya no va a estar en su sillón, ni en su lado del sofá ni en la cama hasta que no lo vea con mis propios ojos. No sé cómo será ir a casa de los abuelos y ver solo a mi abuela y a mí tía, no sé que será no ver allí tampoco a mi madre.

Me alegra enormemente saber que mamá va a retomar otra vez su vida. No es que este más de último año haya estado con una vida aparte pero... para ella ha sido duro tener que estar así, yo lo sé aunque ella apenas dice nada. Es así porque a veces las cosas que hacemos cuestan pero las hacemos porque es lo que sentimos que debemos hacer y sobretrodo... es lo que queremos llevar a cabo. Mamá se ha pasado demasiado tiempo fuera de Coruña, lejos de mis hermanos que viven allí y, para mí alegría egoísta, más cerca d elos que vivímos ahora en la capital.

Me he bajado del autobús e las 05:50. El autobús nunca se adelanta, en tal caso se atrasa pero esta vez ha decidido dejarme plantada en la estación 40 minutos antes. Mejor no os explico lo genial que ha sido estar paseandome por Mendez Álvaro sola, a esas hora sy con el frío que hace. Sola, con los guantes y esperando ver aparecer a mi hermano en alguno de los andenes.

Ahora debería estar durmiendo pero no quiero cerrar los ojos. A veces uno quiere vivir tan a fondo un momento que no quiere ni dormir y luego claro, pasa lo que pasa: cara de muerta, frío en las manos y todavía más sensible.

Apago la luz, supongo que a oscuras al menos descansaré un poco. En el autobús es casi imposible quedarse dormido, lo único que consiguen es limarte el coxis.


(((maca)))

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