La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Quiere un paraguas

Llueve, aquí no es raro. Mi sobrino no quiere ir a la guardería, no es que no le guste, es que se ha empeñado y...sin paraguas no va.
-Mamá ¿llueve?- tiene menos de tres años, yo antes creía que con esa edad nadie tiene acento, solo voz de pito pero...para variar me equivocaba. Lo de mi sobrino es algo así como si llevase más de 20 años viviendo en Coirós... tiene acento gallego, acento cerrado. Es graciosísimo.
Vito no puede hacer otra cosa más que resignarse a la lluvia y busca el paraguas en el armario.
-Mamá, ¿llueve?
-Sí, no pasa nada, cogemos el paraguas y listo.
-¡No tengo paragüas!- Javi lo dice como si no tener un paraguas propio fuese lo peor que puede pasarle a uno en el mundo, casi tan grave como que el tío Manuel se canse después de estar 2 horas jugando al escondite debajo de la sábana, o que el perro de tía P/Maca te persiga por el pasillo mientras tú intentas jugar con Bob Esponja. Javi ve lo pequeño gigante, es un niño y a veces me gustaría ser como él.
-Esta tarde te compro un paraguas precioso, ¿vale?
¡Vale!- Javi ya se queda tranquilo, coge de la mano a su madre y es consciente de que su gran problema va a resolverse esta tarde. A Javi le encanta que llueva, se despierta cada mañana haciendo la misma pregunta, ¿Llueve?, hoy le ha dado por un paraguas... ver que se le ocurre mañana.


Ayer, por segunda vez en toda su vida, mi sobrino se quedo dormido conmigo. Conseguí dormirle cantandole la de "te miro largo y tendido...", la que me cantaban a mi cuando era tan alta como el. Se quedo dormido apoyando contra mi todo su cuerpo, abrazado a mi.

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