La vida es un continuo trabajo: te despiertas y cada nuevo día te trae lo mismo de siempre, igual pero distinto... esa diferencia que te aporta es lo que hace que tu vida sea maravillosamente diferente.

lunes, 26 de abril de 2010

Sin la manta en el sofá viendo las viejas fotos


Echas de menos, ¿verdad? A quién, el qué… esa no es la pregunta, la cuestión es que echas de menos y hoy especialmente, ¿me equivoco? Aunque sea porque te lo he recordado… Si te sirve de algo, yo también echo de menos.Puede ser tu familia, tus amigos, alguna persona especial… tal vez sea un destino al que nunca llegaste, tal vez… puede ser, yo a veces también echo de menos cosas o momentos que nunca he tenido pero los soñé, y soñar con algo es casi como tenerlo. Soñar proporciona la satisfacción de rozar ese algo con la punta de los dedos, te da esperanza para conseguirlo… si no lo logras al menos lo has tenido en sueños, mejor así, mucho mejor que no haberlo intentado.Echar de menos no tiene porqué estar ligado a estar triste, a que sea invierno y te encuentres solo en el sofá de tu casa helada con una manta viendo las viejas fotos… Echar de menos algo o alguien puede ser más divertido, yo al menos me lo propongo. Echo de menos mi vieja ciudad, sus calles, su gente y su mar. Echo de menos el viento del norte que es capaz de despeinarte en cuestión de milésimas de segundo, echo de menos ese viento que es el mismo que te da sensación de alivio cuando el sol quema en tu espalda; el mismo viento que casi te hace volar desde el rompeolas. Echo de menos los paseos sin rumbo, la sensación de querer salir de casa y llegar a algún lugar donde encontrar alivio; ahora el alivio lo encuentro entre esas paredes. Echo de menos cada cafetería donde alargamos las tardes, cada uno de los locales donde convertimos en día la noche. Echo de menos cada esquina.Echo de menos cada persona que forma mi familia, echo de menos cada persona que ha dejado huella en mi vida. Echo de menos a mis amigas, a esas que siguen ahí aunque sigan pasando los días. Echo de menos de menos a esa gente que sé que ya no va a volver pero que todavía mantengo. Echo de menos sus risas histéricas, sus ganas de bailarlo todo, su energía de las mañanas y su continuidad en las noches. Echo de menos que me digan que no están bien y poder ir a abrazarlas al cuarto de al lado, echo de menos comentar el tiempo asomándonos a la ventana. Echo de menos esas personas.Echo de menos los días de infancia: las mañanas madrugando para que papá nos lleve al colegio sin llegar tarde a su oficina, la merienda que me preparaba mamá y cruzarme con mis hermanas en los pasillos sintiéndome una auténtica enana. Echo de menos el día que se hicieron grandes y no recuerdo bien cuando fue. Echo de menos las noches en que no me dormía y tenía que venir Candela o María a contarme algún cuento o historia de sus vidas de adolescente enamorada. Echo de menos la guerra de canciones con mis hermanos desde las literas. Echo de menos ver la televisión a escondidas por la noche y prometer que me sabía la tabla del 9 cuando sabía que era mentira. Echo de menos los primeros cumpleaños, las fotos en la playa, las excursiones, los momentos que no volverán. Echo de menos la inocencia de cuando se es niño y que mi madre me diga que no me quiere ver crecer. Echo de menos esos días.Se puede echar de menos con alegría, o al menos sin ganas de querer llorar; simplemente haciendo un feliz repaso de aquellos lugares, personas y días que se han acabado o continúan en ti. Porque hoy echo de menos y necesitaba decirlo, porque lo hago y soy feliz. Porque estas calles también me gustan, porque me gusta ver la gente de la gran ciudad, me gusta sentir que me ahogo sin ver el mar y que de repente, sin saber muy bien como, vuelvo a ver el aire pasar. Me gusta no saber que me deparará la vida mañana y saber que lo que tengo es ahora, y ese ahora es lo único que puedo aprovechar.

22 y 24 Abril 2010

(((maca)))

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